La actual iglesia parroquial de Tafí del Valle fue levantada -como lo informa una placa en su interior- por el presbítero Estratón Colombres. Este sacerdote falleció en Tucumán el 2 de setiembre de 1901, a los 82 años. La revista "La Verdad" le dedicó una cariñosa despedida.

Recalcaba que, ni bien ordenado, el padre Colombres se consagró "a los ministerios parroquiales, trabajando sin descanso en la salvación y santificación de las almas en los curatos que le fueron confiados". Se desempeñó además como Cura Rector de la Catedral y Vicario Foráneo de esta ciudad.

"Cuando los males físicos y los años debilitaron sus fuerzas, no permitiéndole éstas extender, como en los años de su juventud, la esfera de su apostolado, se reconcentró en un campo más reducido, pero no menos laborioso. Por muchos años, lo vimos consagrado a la atención de los enfermos, como Capellán del único Hospital que había entonces en esta ciudad".

Corría siempre, "impulsado por su ardiente caridad, adonde veía que podía prestar algún servicio". En Tafí, donde fue "un verdadero apóstol", se lo llorará "como se puede llorar a un padre y benefactor". Esto porque "durante los años en que ese curato se vio privado de párroco, Colombres, con una abnegación y celo poco comunes, y con la debida autorización se consagró a prestar sus servicios sacerdotales, atendiendo las necesidades espirituales de los fieles y las materiales de los templos casi en ruinas".

Lo hizo de día o de noche, bajo el sol, el frío o la lluvia, "atravesando torrentes impetuosos o trepando por estrechas sendas en peligrosos desfiladeros". Su corazón era "un panal de miel".